DE

Libertad de prensa
La verdad no está protegida

En México, ser periodista es una profesión de riesgo y la falta de atención por parte del gobierno es alarmente.
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© Galo Cañas Rodrigo | Cuartoscuro

"No más periodistas asesinados" fue una de las promesas de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que dejará su puesto este año. Sin embargo, el sexenio está por concluir y la realidad es diferente: con 44 asesinatos, 5 desapariciones y 3,242 agresiones registradas, los últimos seis años se posicionan como el periodo más violento para la prensa mexicana.

Según el reciente informe de Reporteros Sin Fronteras (RSF), México se encuentra en la preocupante posición 121 de 180 países en cuanto a libertad de prensa. Este dato alarmante revela una realidad cruda: México, a pesar de no estar en guerra, sigue siendo uno de los países más peligrosos y letales para periodistas.

Desde 1995, la violencia contra periodistas en México ha sido constante, pero durante el gobierno actual ha alcanzado niveles sin precedentes, con un aumento del 50% en agresiones respecto al período anterior. El año 2022 fue el más violento de todo el sexenio. En 2023, ARTICLE 19 registró 561 agresiones, siendo el Estado mexicano el principal agresor (51.16%). Le siguen particulares (16.93%), grupos de delincuencia organizada (10.16%) y, en cuarto lugar, agresiones provocadas por partidos políticos (4.46%). 

Sin embargo, lo más preocupante es la falta de atención a este problema. En 2019, RSF y Propuesta Cívica presentaron ante la Corte Penal Internacional (CPI) los crímenes cometidos contra 116 periodistas en México entre 2006 y 2018. Hasta la fecha, el gobierno no ha emprendido ninguna de las reformas necesarias para frenar la violencia y la impunidad. En suma, el gobierno actual se caracterizó por la intimidación por parte de funcionarios públicos, siendo el presidente uno de los agresores con un discurso hostil y desdén hacia medios y periodistas, deslegitimando a la profesión y poniéndolos en mayor riesgo. 

Esta violencia daña a toda la sociedad, no sólo a las víctimas y sus familias. Cada vez más se crean zonas de silencio, donde periodistas huyen de sus comunidades por miedo a represalias y agresiones.

La libertad de prensa es un pilar de cualquier sociedad democrática; sin ella, se erosionan la transparencia, la rendición de cuentas y el acceso a información veraz y plural. Además, la falta de libertad de prensa no solo limita nuestra capacidad para conocer la verdad, sino que también socava la legitimidad de las instituciones y debilita el tejido democrático.

Los periodistas desempeñan un papel crucial en nuestra sociedad al informar, investigar y cuestionar el poder. Debemos garantizar que puedan hacer su trabajo sin temor a represalias, violencia o censura. El Día Mundial de la Libertad de Prensa es un recordatorio para no olvidar y para exigir un entorno seguro y propicio para el ejercicio del periodismo en México y en todo el mundo. La libertad de prensa no debería ser un privilegio, sino un derecho de todos los ciudadanos.